Cartier

Cartier fue fundada en París en 1847 por Louis-François Cartier, cuando se hizo cargo del taller de su maestro. En 1874, Su hijo Alfred Cartier comenzó a administrar la compañía, pero los tres hijos de este, Louis, Pierre y Jacques, fueron los responsables de establecer la marca Cartier a nivel mundial.

En 1904, el aviador brasileño Alberto Santos Dumont le comentó a su amigo Louis Cartier lo poco práctico que resultaba usar relojes de bolsillo mientras se volaba. Cartier asumió el desafío y diseñó un reloj de pulsera plano con un distintivo bisel cuadrado. Esta prenda no solo fue un éxito con Santos Dumont, sino también con muchos clientes de Cartier. De este modo fue que nació «Santos», el primer reloj de pulsera para hombres (Patek Phillipe creó el primer reloj de este tipo, pero fue para una mujer y hecho a la medida).

Hoy en día para muchos, Cartier es sinónimo de glamour y sofisticación, de personajes míticos, de cortes reales y de lujosas veladas. Pero el gran nombre de la joyería internacional es más que eso: también es perfección técnica e innovación en diseño. Son estos aspectos a los que rinden homenaje la inmensa exposición del Grand Palais de París y el libro Cartier, la Odisea de un Estilo.

Evidentemente, son los récords que alcanzan sus piezas, sus piedras fabulosas y su fiel clientela de reyes, estrellas y jetsetters los que atrapan la atención de la prensa. Sin embargo, detrás de la celebridad de su nombre y el brillo de los diamantes de sus tiaras, la larga trayectoria creativa y la enorme influencia de la maison Cartier, así como el importante papel que desempeñó en la historia de las artes decorativas, son menos conocidos. Y vale la pena investigarlos.

A lo largo de su existencia la célebre casa de joyería siempre dio prueba de una inmensa imaginación y creatividad, contribuyendo a la evolución de los estilos a través de las épocas y pasando con igual naturalidad desde un clasicismo idóneo al “joyero de los reyes y rey de los joyeros” (como lo llamaba Eduardo VII de Gran Bretaña) a las piezas radicales y modernistas que la firma creó en la segunda mitad del siglo XX.